Pedro Mari, Yon Etxaide
Arturo Campion / Egan, 1/6-1982

 

SEIGARREN AGERRALDIA

 

LEHENGOAK, SAGARMINAGA, JENERALA, KAPELLAUA, KAPITAN BAT PIKETEBURU EGITEN DUENA ET PIKETEKO SOLDADUAK

 

SAGARMINAGA JENERALA: El desertor prisionero que vaya a confesarse con el capellán inmediatamente a un rincón. (Sarjentuari) Mientras se confiesa, los dos soldados de guardia deberán permanecer a diez metros de distancia, uno a cada lado, y caso de que intente escapar, que disparen a matar. (Bihoaz Pedro Mari eta apeza, gurutzefikarekin, txoko batera eta bi soldaduak ondotik. Agertoki barruan edo kanpoan konfesa daiteke: zuzendariak ikus beza zer den egokiako). Al coronel y a ti (sarjentoari) os necesito para haceros unas cuantas preguntas.

SARJENTUA (Kuadratuz eta militarki agurtuz). A sus órdenes, mi general.

SAGARMINAGA JENERALA: Vamos a ver, amigo Marqués, supongo que habrás interrogado al desertor durante mi ausencia.

SOLANO KORONELA: Efectivamente, mi general.

SAGARMINAGA JENERALA: ¿Y qué aduce para justificar su vil acción?

SOLANO KORONELA: Aduce que se perdió en la niebla al ir a efectuar un reconocimiento en terreno enemigo. Estando perdido en el monte escuchó unas canciones vascongadas en la lejanía y sin sospechar que pudiera tratarse de tropas francesas, fue siguiendo las voces hasta que llegó a un destacamento de soldados vasco-franceses, de los cuales provenían las canciones.

SAGARMINAGA JENERALA: Esa versión, además de ser bastante infantil, tiene varios puntos oscuros. Primero, ¿por qué se dispersó del grupo cuando el resto del destacamento permaneció unido y, según tengo entendido, regresó a su base sin ningún percance? A mi entender, el acusado miente y su deserción del grupo de reconocimiento fue voluntaria, con la intención de pasarse al enemigo. Segundo, ¿por qué tiró monte abajo cuando sabía que para alcanzar el collado de Perthus desde el lado francés debía tirar para arriba y que caminando hacia abajo debería desembocar necesariamente en un poblado francés? Segundo indicio de que obró conscientemente. Además sabía que las canciones vascas —caso de que existiesen dichas canciones, ya que puede ser una invención para justificarse- no podían proceder del campo español, ya que en todo el sector Catalán y Aragonés no hay un solo soldado vascongado. Por lo tanto, sabía que procedían del campo francés y no obstante pasó al enemigo. Tercero, los franceses no le fusilaron ni le hicieron prisionero, sino que le recibieron como amigo, dejándole en libertad como admirador de la República francesa.

SOLANO KORONELA: Perdón, mi general, el desertor aduce que no está a favor de la República francesa ni muchísimo menos. Su único sueño era marcharse a América para hacer fortuna. Ten en cuenta que fue raptado ilegalmente por nuestro ejército en Navarra y que por lo tanto se consideraba injustamente atropellado. Quizás esto le indujo a dar este desgraciado paso pensando que los franceses le dejarían marcharse a América como era su sueño, pero según me dio a entender, lo que principalmente le arrastró a las filas francesas fueron aquellas voces vascongadas de hermanos suyos del otro lado de la frontera, pues tal como me indicó ingenuamente, él no entendía nuestra guerra. Aquello no estaba en su corazón. En cambio su corazón le decía que aquellos soldados eran euskaldunes y él también.

SAGARMINAGA JENERALA: (Hotz eta lehor). Todo lo que acabas de decir no le justifica en absoluto. El hecho es que por un motivo u otro prefirió pasarse al enemigo que luchar con sus hermanos en el sagrado ejército de la Patria. Todo lo demás son pamplinas. Pero creo que hay acusaciones más graves contra el desertor. Que hable el sargento Ruiz : el desertor en cuestión, ¿se entregó voluntariamente a nuestras tropas o intentó defenderse o incluso atacó a nuestras fuerzas?

SARJENTUA: En honor a la verdad he de decir que disparó o por lo menos intentó disparar contra nuestras fuerzas. Si no lo hizo fue porque no le dio tiempo, ya que le arrebatamos el fusil sorprendiéndole por la espalda en el momento en que intentaba disparar, lo cual no quiere decir, por otra parte, que con anterioridad no hubiese disparado. Es más, si no le hubiésemos cogido prisionero, hubiera hecho una sarracina entre los nuestros.

SAGARMINAGA JENERALA: Está bien. Es suficiente. Creo que no hay dudas al respecto. Observad si el desertor ha terminado de confesarse.

SOLANO KORONELA: Parece que sí. Caminan hacia aquí (hel bitez Pedro Mari, apeza eta bi soldaduak Sagarminaga jeneralaren ondoraino).

SAGARMINAGA JENERALA: ¿Cómo te llamas y de dónde eres?

PEDRO MARI: Pedro Mari Belarra, mi general, y soy de Errazu, en el valle de Baztán.

SAGARMINAGA JENERALA: Me han dicho que perteneces al regimiento «Córdoba». ¿No es así?

PEDRO MARI: Sí, mi general, al tercer batallón, compañía de granaderos.

SAGARMINAGA JENERALA: Pues bien, ponte en posición de firme y escucha la sentencia: (atabala jo beza piketeko soldadu atabalariak) Pedro María Belarra, natural de Errazu, en el valle de Baztán, soldado del regimiento «Córdoba», tercer batallón, compañía de granaderos, se te condena a ser fusilado por la espalda por traicionar al Rey y a la Patria al desertar de las filas del ejército nacional para unirse al enemigo. Deseo añadir que en esta deserción no se ha encontrado ningún atenuante y sí en cambio agravantes, como disparar o intentar disparar contra nuestras fuerzas. La sentencia de muerte será ejecutada inmediatamente y se confiará al capitán Pedro de Atienza, aquí presente (hau kuadratu bedi, militarki agur eginaz). Queda prohibido, en nombre del Rey, a cualquier soldado, de cualquier calidad o condición que fuese, dar voces por la gracia, so pena de la vida. He dicho (atabala jo beza piketeko soldadu atabalariak).

PEDRO MARI: (Jeneralari eta koronelari, mindurik, euskaraz). Hil egin behar nauzue! Nork eman dizue botere hori?

SAGARMINAGA JENERALA: (Solano koronelari). No le contestes, Francisco. Déjale en paz. Este es un asunto muy desagradable. De veras, siento tanto como tú el tener que fusilar a un paisano. Pero no podemos hacer excepciones. La ley es la ley y hay que cumplirla. ¿Qué dirían los castellanos si indultáramos a este muchacho de la pena de muerte? Sus corazones están hinchados de odio hacia el desertor y piden su cabeza a gritos.

SOLANO KORONELA: ¡Pobre muchacho! Tiene un corazón noble. Le he conocido y me ha conmovido. Su gran ilusión era hacer fortuna en América.

SAGARMINAGA JENERALA: Lo siento. Yo también estoy pasando uno de los peores tragos de mí vida. Pero no hay nada que hacer. ¡Vámonos! (Bihoaz).

APEZA: (Gurutzefika Pedro Mari-ri emanaz). Toma el crucifijo, hijo mío, bésalo y pídele fuerzas a Jesús en este supremo instante de tu vida.

PEDRO MARI: (Jesus-en belaun zaurituak muinkatuz). Jesus Jauna, indazu kemena ene heriotzeko ordu larri honetan eta har nazazu, otoi, zure Erresuman (erreinuan).

APEZA: Dentro de breves momentos serás juzgado de nuevo, Pedro Mari, pero esta vez no por los hombres, sino por Dios, por nuestro Señor Jesucristo a quien acabas de suplicar. Es el juicio supremo y definitivo para el hombre, el único juicio válido e inapelable. Pídele a Dios nuestro Señor que te sean perdonados tus pecados, así como yo te he perdonado en su nombre y que te conceda la felicidad eterna.

PEDRO MARI: (Jesus jauna berriro muinkatuz). Jauna, barka iezazkiguzu gure zorrak guk gure zordunei barkatzen diegun bezala. Har nazazu, jauna, neure arbasoekin. Zure baitan aurkituko ahal dut egiazko Amerika, nik espero nuena baino aunitzez hobea.

APEZA: ¿Estás dispuesto?

PEDRO MARI: (Apezari gurutzefika itzuliz). Sí, lo estoy. (Berekiko). Prest nago, Jauna, zure aintzinean aurkezteko, juzga nazazun. Ezazu nitaz (nizaz) kupida, Jesus maitea!

ATIENZA KAPITANA: (Bi soldaduri). Vendadle los ojos al reo y colocadle junto a ese muro. (Pedro Mari-ri) Si quieres, hasta el momento de ser fusilado te sostendrán entre dos soldados.

PEDRO MARI: (Ahots irmoz). No hazer falta. No temblar mis piernas (jar bezate hormaren kontra).

ATIENZA KAPITANA: (Soldaduei). Colocad al desertor cara al muro, ya que la orden es que sea fusilado por la espalda para su mayor ignominia. Así mueren los traidores. (Atsedenaldi baten ondoren). Soldados del piquete: la primera línea a seis pasos del reo. (Beste egonalditxo bat soldaduak beren eginbeharrerako kolokatzen diren bitartean) ¡Carguen! (Tarte bat) Apunten! (Beste tarte bat) ¡Fuego! (Deskarga hotsa entzun bedi eta Pedro Mari-ren gorputza zerraldo eroriko da).

ATIENZA KAPITANA: ¡Soldados! Este es el final que espera a los traidores. Tenedlo siempre presente. ¡Viva el Rey! ¡Viva España!

SOLDADU OROK: ¡Viva!

 

(Ahots ozen bat entzun bedi bastidore artetik.)

 

AHOTSA: Oi, nolako oinazea darion euskal odolaren gorriak!

 

OIHALA JAITSI BEDI

 

Donostian, Abenduak 21 (Santo Tomas egunez), 1981.

 

Pedro Mari, Yon Etxaide
Arturo Campion / Egan, 1/6-1982